martes, 27 de julio de 2010

Artículo de Opinión


Con gran asombro y perturbación, recibimos en los primeros días de julio la noticia respecto al intento de homicidio perpetrado por un estudiante contra una directora de un colegio privado. Días después, recibimos la triste noticia sobre la muerte de la directora y como producto inmediato un estudiante de secundaria acusado de homicidio. En un ambiente de mucha consternación y de puntos encontrados, surge una pregunta importante: ¿qué motiva a un estudiante a llevar a cabo un acto de tal magnitud? Y no pudiendo resolver tal interrogante con el curso de discusiones nacionales, ¿qué motiva hoy a los estudiantes a tomar sus decisiones?
En el amplio espectro de la educación y particularmente la educación secundaria, parece que el entorno de los centros educativos ha cambiado drásticamente y entre ellos la descarga emocional de sus estudiantes. De acuerdo con el Periódico La Nación del 01 de julio de 2010, entre el 2006 y el 2008, las autoridades del Ministerio de Educación Pública (MEP) han decomisado a estudiantes 191 armas de fuego. De ellas, cinco estaban en poder de niños de edad preescolar. Esta situación lejos de asombrarnos nos debería cuestionar seriamente sobre el papel de docentes –dado que es nuestro campo- y el impacto de nuestras decisiones en el plantel escolar.
¿Por qué un estudiante toma la decisión de portar un arma?, ¿qué tipo de necesidad no está satisfecha en un estudiante que porta estos elementos?, ¿qué tipo de seguridad busca un estudiante al portar un arma? Existen muchas preguntas que no están resueltas, pero me resulta aún más preocupante el hecho de que no se abran los espacios requeridos para su discusión nacional a profundidad.

Según Immanuel Kant –filósofo del siglo XVIII—la educación es un arte que debe perfeccionarse a través de cada generación, de modo que se vaya transmitiendo y avanzando poco a poco y por ello, la vincula a los avances y retrocesos de la humanidad. De acuerdo con el autor, nuestra calidad de vida debería ser superior año con año en virtud de la mano invisible de la educación. Lamentablemente esta no es la realidad palpable, la educación no ha sido –a mi pesar- el vehículo por cual nuestra sociedad costarricense esté alcanzando mayores niveles de de humanidad o progreso. Si bien, valoro el avance técnico-científico, hay inconsistencias que revelan serias deficiencias con las bases filosóficas de la educación como extractor de las más altruistas bondades del hombre.

Ante los cuestionamientos que a diario me hago sobre el sistema educativo nacional y sus “productos”, relaciono los dos elementos mencionados por el autor Barkley, E. (2010) los cuales son el detonante y la medida del interés del estudiante sobre su propio proceso de aprendizaje y que define como compromiso y motivación. Volviendo a la pregunta inicial, sabemos cómo docentes, ¿con qué está comprometido nuestro estudiante y cuáles son las verdades fuentes de su motivación? Leyendo al autor, me parece que estos son los elementos clave para lograr la orientación de nuestros educandos hacia una elevación de la cultura, nuestros valores y el involucramiento de lleno en su propio proceso de aprendizaje.

En toda una maraña de reformas, teorías, hipótesis y ajustes, el sistema educativo hemos perdido de vista nuestro objetivo principal docente: el estudiante. El estudiante ha sido presa de un arduo y escabroso proceso de ajuste, pero en mi opinión, sin la debida reflexión o sensibilización por sus propias necesidades. Algo no se ha hecho del todo bien, y ahora estamos viendo los resultados. Estos que apenas son la punta del “iceberg”, expresan por sí solos toda una nueva dialéctica del educando con respecto a su mundo colectivo. Como docentes, padres de familia, psicólogos, pedagogos o religiosos, si bien hemos criticado el resultado apenas visible, aún no hemos reflexionado sobre nuestra responsabilidad en el proceso. Como docentes, la interpretación de los comportamientos es una lectura obligatoria para poder tomar decisiones asertivas sobre los cambios estructurales que promuevan la extinción de actitudes no deseables e incentiven el desarrollo humano.

Lograr La motivación y el compromiso del estudiante por su propio aprendizaje -siendo las claves del cambio paradigmático en la construcción social-, son un reto complejo que no se logra sólo con la implementación de técnicas didácticas. El ambiente propicio para ello, definido como un “aprendizaje activo”, no es la suma de los medios sino la conjunción sinérgica de todos los elementos del proceso enseñanza-aprendizaje. Esto implica que una visión simplista de la educación sería la creencia de que los estudiantes aprenderán sólo porque el avance tecnológico los ha favorecido con nuevos recursos que facilitan dicho proceso. En otras palabras, la educación “en línea”, no es el sustituto absoluto del proceso de enseñanza, es un complemento que debería cumplir la función de colaborar en el ambiente de aprendizaje, nunca sustituirlo y mucho menos ser un fin en sí mismo.

La motivación de nuestros estudiantes el umbral para lograr su compromiso. Un estudiante motivado estará mentalmente preparado para asumir un proceso activo de aprendizaje durante toda su vida. Ahora la motivación no es un elemento general, todo lo contrario, es una particularidad de cada individuo y ahí es donde radica su complejidad. La motivación no se expresará como una constante, pero derivará en resultados palpables, no obstante, algunos no medibles. Entender la complejidad que subyace la motivación implica repasar la pirámide de necesidades que debe satisfacer la población estudiantil. Revisar esta escala sería un buen comienzo para determinar realmente, qué desea el estudiante y qué dirige su voluntad. Sin entender las causas que motivan al estudiante, sus necesidades físicas, intelectuales y emocionales, sería insensato llegar a construir la malla de reforzadores que podrían orientar los planes educativos.

Por otro lado, el aprendizaje es un proceso que ocurre en los escenarios mentales del estudiante. Los cambios estructurales que deben procurar los sistemas, deben ante todo, crear un cambio mental en los estudiantes, esto es transformando sus redes de pensamiento, irrumpiendo sus ideas preconcebidas, eliminando tabús, cuestionando sus propios criterios, retando su inteligencia, orientándolos a construir su propio conocimiento, haciéndolo responsable de sus actos y proporcionando elementos que potencien su capacidad para la solución de problema reales. Tanto instituciones, docentes como estudiantes deben sustituir la idea del aprendizaje centrado en el maestro por el aprendizaje centrado en el alumno, en sus expectativas y sus necesidades, partiendo de ellas, para la construcción de un eje contextualizado en el ambiente local. En este contexto, el aprendizaje activo implica el involucramiento del estudiante en su proceso. Hacer sentir al estudiante que es importante, -más aún- fundamental, integrarlo en su propia comunidad de aprendizaje mediante la construcción colaborativa, procurando que vean la educación como un reto alcanzable y estableciendo apropiadas condiciones en el clima de aprendizaje, podrían ser algunas de las estrategias para lograr un acentuado compromiso del estudiante por su propio aprendizaje.

Por último, los docentes debemos recordar que no trabajamos solos, somos parte de un engranaje en el cual está involucrada la familia, instituciones educativas, la comunidad, la iglesia, y una serie de instituciones que tienen relación con el mismo estudiante. El diálogo constructivo, la interacción, la discusión reflexiva y la búsqueda de acciones conjuntas podrían generar estrategias para atacar el descollante reto de la búsqueda de compromiso del estudiante, desde una perspectiva holista y bien orientada. La creación de puentes, estrategias, vínculos, además de procurar medios conjuntos, puede ser el mejor ejemplo para las futuras generaciones sobre como las sinergias podrían solucionar de muchos de nuestros problemas, desde una sana discusión y un desinteresado esfuerzo en aras de nuestro propio progreso.

miércoles, 21 de julio de 2010

Diarios de aprendizaje


Construcción del mapa mental sobre la comprensión de los diarios de aprendizaje.

martes, 13 de julio de 2010

Rúbrica de evaluación

Aprovechando el tema, he aplicado una rúbrica de evaluación a uno de los proyectos de evaluación de uno de mis cursos. A continuación el documento.

martes, 6 de julio de 2010

Dirección de la Wiki sobre Trabajo Colaborativo

Esta es la dirección de la wiki que fue creada utilizando el modelo de trabajo colaborativo del Grupo No. 5. Les invito a revisarla....

http://educacionuniversitaria.wikispaces.com/